El grafeno no ha estado a la altura de las expectativas. Su popularidad llegó de la mano de un abanico de aplicaciones en teoría asombrosamente amplio, pero poco a poco ese potencial se ha ido diluyendo. Aun así, este material no es un completo fiasco. Sus peculiares propiedades fisicoquímicas lo posicionan como un candidato idóneo para algunas aplicaciones en las que ya lleva bastante tiempo marcando la diferencia.
Curiosamente, una de las industrias que lo ha acogido con los brazos abiertos es la de la alta fidelidad. Y es que algunos fabricantes de altavoces de gama alta lo están empleando para poner a punto el diafragma de sus auriculares y cajas acústicas más sofisticados (y habitualmente también más caros).
En junio de 2020 tuve la oportunidad de analizar los auriculares EAH-AZ70W de Technics, que lo utilizan, y me dejaron muy buen sabor de boca por una razón: la utilización de este material en este ámbito no responde a una argucia de marketing. De hecho, está plenamente justificada por lo único que realmente importa: las características fisicoquímicas del grafeno.
El grafeno nos coloca más cerca del comportamiento pistónico perfecto
Como os hemos explicado en otros artículos desde hace más de una década, y seguro ya sabéis, el grafeno es un material que tiene un patrón regular hexagonal de átomos de carbono. Esta estructura es, precisamente, la responsable en gran medida de las propiedades que justifican su presencia en el diafragma de algunos altavoces.
No obstante, para entender con cierta precisión qué pinta el grafeno aquí necesitamos indagar en el concepto de comportamiento pistónico perfecto. Este es, sencillamente, el ideal al que debe aspirar un altavoz debido a que el diafragma idóneo tiene que desplazarse como un pistón perfecto.
Y esto quiere decir que no debe verse afectado por la inercia, y tampoco debe deformarse lo más mínimo. Como podemos intuir, este es solo un ideal teórico que en la práctica no se puede alcanzar debido a las restricciones impuestas por la física del mundo real.
Sin embargo, hay algunos materiales cuyas propiedades fisicoquímicas los colocan sorprendentemente cerca del comportamiento pistónico ideal, como el berilio o el diamante. El grafeno también es uno de ellos. De hecho, la mínima masa, ínfimo espesor y considerable rigidez de este material encajan como un guante con las características que debe tener el diafragma de un altavoz ideal.
Así suenan unas cajas acústicas de altísima gama que han recurrido al grafeno
Uno de los fabricantes de cajas acústicas que están utilizando este material en la producción de sus altavoces es la marca estadounidense Magico. Esta compañía produce unos de los recintos para cajas acústicas más sofisticados que existen, pero esta no es su única baza; también fabrica unos altavoces que tienen una impronta sonora muy atractiva.
Hace unos meses tuve la oportunidad de escuchar en un evento dedicado a la alta fidelidad el modelo M3, y, además, pude hacerlo con la calma debida y durante el tiempo necesario para hacerme una idea bastante certera acerca de sus prestaciones sonoras. Su recinto de fibra de carbono y los materiales empleados en la fabricación de sus altavoces delatan con rotundidad lo ambiciosa que es esta caja acústica.
De hecho, el tweeter está fabricado empleando una cúpula de berilio recubierta por una fina lámina de diamante sintético, y los altavoces de medios y graves son íntegramente de grafeno. Todo esto pinta bien, pero a veces la aparente sofisticación tecnológica de un dispositivo no está alineada con sus prestaciones reales. No es el caso. Estas cajas acústicas tienen un sonido objetivamente sobresaliente. Y en gran medida los responsables son sus altavoces de grafeno.
Lo que más me impactó de ellas fue su asombroso nivel de detalle en todo el espectro de frecuencias audible, pero, además, su capacidad dinámica está fuera de toda duda y consiguen respetar el timbre de todos los instrumentos con una precisión envidiable. Por otro lado, el nivel de presión sonora al que se expresaron fue considerable, y, de propina, no me provocaron la más mínima fatiga auditiva.
Con toda probabilidad son unas de las mejores cajas acústicas que podemos encontrar en el mercado mundial, pero esta marca tiene una pega. Una muy grande: el precio de sus cajas acústicas las coloca fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios. De hecho, el modelo M3 tiene un precio algo superior a los 100.000 euros por pareja de cajas acústicas. Qué penita que tan pocas personas puedan disfrutarlas.
Imágenes: Magico
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