Si te gusta Taylor Swift y eres de los que escucha una y otra vez sus canciones en Spotify, tengo una mala noticia para ti: la cantante acaba de retirar toda su discografía de esta popular plataforma de streaming. Si buscas por su nombre, recibirás cero resultados. Y si tenías su música en alguna lista de reproducción, habrá desaparecido repentinamente.
Si bien Swift todavía no se ha pronunciado al respecto (tampoco lo ha hecho su discográfica), desde el blog oficial de Spotify le han dedicado una original despedida que incluye una ingeniosa lista de reproducción y un ruego para que vuelva. No es para menos: dicen que más de 16 millones de usuarios han reproducido sus canciones en el último mes. Pero dejando cifras y bromas a un lado, en Spotify seguramente estén muy preocupados. O deberían.
Los motivos de esta retirada de Taylor Swift pueden ser muchos. Algunos dicen que tiene que ver con el hecho de que su nuevo disco, 1989, haya sido lanzado hace tan sólo unos días (no en Spotify, ojo) y quiera aprovechar el tirón para vender más discos o que la gente recurra a otras plataformas de streaming. Curiosamente, y de momento, su discografía sigue estando online en Rdio. Desde Billboard apuntan a otro posible motivo: la venta de la discográfica en la que está Swift, aunque otros artistas de la misma siguen estando disponibles en la popular plataforma.
Sin embargo, puede haber otra razón que se sume a todas estas: Taylor Swift siempre ha sido crítica con estas plataformas. Así lo dejó claro en un artículo que publicaba en el Wall Street Journal el pasado verano. En él aseguraba que gracias a la piratería y al streaming, cada vez se vendían menos discos. Por eso, Swift no publicaba sus nuevos álbumes en Spotify hasta bien pasado un tiempo.
"La piratería, el compartir archivos y el streaming ha reducido drásticamente la venta de álbumes de pago", decía Taylor Swift hace unos meses
En dicho artículo, la cantante también aseguraba que la música "no debería ser gratuita" y que eran los artistas y las discográficas los que debían decidir qué precio tiene un determinado álbum. Son precisamente las discográficas las que lo deciden... a menos que estemos hablando de servicios como Spotify, donde hay un beneficio que depende de los ingresos totales de la aplicación. Un beneficio en el que ni discográficas ni artistas tienen nada que decir: o lo toman o lo dejan, pero nada más.
Spotify y el pago variable a los artistas
Spotify, en 2013, pagó 500 millones de dólares en concepto de derechos a las discográficas y artistas. ¿Cómo se decide cuánto y a quién se paga? El servicio tiene una original forma de calcularlo: destinan el 70% de los ingresos que reciben a través de suscripciones y publicidad, calcula la cuota de mercado de cada artista (en función de las reproducciones totales de su música) y, a partir de ahí, el resto va a parar a discográficas, que después reparten como creen conveniente el dinero a sus artistas.
¿En qué se traduce esta fórmula? Como bien ellos explican, y a pesar de lo que se suele pensar, Spotify no paga un precio fijo por cada reproducción y en la fórmula que acabamos de comentar hay numerosas variables. Para empezar, se calcula país a país, y en cada uno de ellos Spotify tiene ingresos distintos: cuantos más suscriptores haya, más pagan, y también varía el precio. Con todo ello, desde la app han hecho una estimación del dinero que suele generar para los poseedores de derechos (que no el artista final) cada reproducción: entre 0,006 dólares y 0,0084 dólares.
Si extendemos estos resultados para un disco completo, Spotify ofrece las siguientes cifras calculadas en 2013 con ejemplos reales (a los que han eliminado el nombre): desde 3.300 dólares al mes por un disco indie independiente hasta 425.000 dólares al mes por un álbum que es un éxito a nivel mundial.
Otros artistas, también en contra de Spotify
Taylor Swift posiblemente no sea la última en retirarse de Spotify, pero tampoco es la primera. En sus pocos años de vida, la app de streaming de música ha sido blanco frecuente de críticas por parte de distintos artistas, que no están demasiado de acuerdo con el sistema de pagos o con que ofrezcan su música libre de cargo. A fin de cuentas, dicen, esto puede hacer que se vendan menos discos y no les sale rentable.
En Genbeta hacíamos una recopilación con las mayores rajadas contra el servicio. Entre ellos, Beck, que aseguraba que con Spotify no se ganaba suficiente dinero, Thom Yorke, que llegaba a referirse a ellos como el "último pedo desesperado de un cadáver", y David Byrne, que también achacaba a los pocos ingresos el haber dejado el servicio.
Algunos artistas se quejan de que Spotify no paga lo suficiente y reduce las ventas
Otros artistas, y si bien no han sido tan elocuentes como Tom York, han ido retirando sigilosamente su música de Spotify o, directamente, no han optado por ofrecer su catálogo allí. En 2011 se publicaba un estudio que decía que, desde su creación, más de 200 sellos discográficos habían abandonado Spotify. The Black Keys, siguiendo la estela de Swift, no han añadido sus dos últimos álbumes al servicio, al igual que hizo Coldplay con su album Ghost Stories. Otros, como AC/DC, nunca se han animado a dar el salto.
Para Spotify, y siempre que la decisión de Taylor Swift no sea causa de algo temporal como la venta de su discográfica, el hecho de perder a esta artista debería ser muy preocupante. Otros ya se han ido y parece que otros más se irán, descontentos con cómo se reparten los beneficios económicos. Ya no es que no lancen sus novedades allí para fomentar las ventas, que también, es que hay gente retirando sus discografía al completo. Y cuando es alguien de la repercusión de Swift, doble preocupación aún: un efecto llamada ahora sería catastrófico para Spotify y el resto de servicios de streaming.
Imagen | Blixt (CC)
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