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A los verdaderos amantes de los gadgets, incluso cuando son navegadores GPS, nos gusta saborear sus posibilidades y ver que se le puede sacar jugo. Hasta hace poco esa posibilidad no existía en este tipo de cacharros orientadores, pero por fin podemos decir que nos gusta jugar con los GPS.
Pocos, por no decir ninguno, son los GPS que hoy en día permanecen solitarios y abandonados en la guantera del coche. La mayoría, buscando no quedar atrapados y ser olvidados en favor de los teléfonos móviles, se adaptan a los nuevos tiempos. Uno de los primeros en hacerlo fue el TomTom Go 950 Live que os presentamos en este videoanálisis.
El Tomtom Go 950 basa su funcionamiento en la conexión al ordenador, donde recoge y entrega actualizaciones de los mapas que proponen sus usuarios y la empresa comprueba. La promesa es mejorar las rutas a un ritmo mucho mayor que el que hasta hace poco disfrutábamos en un GPS.
TomTom Go 950 Live, con función MapShare
El TomTom Go 950 que hemos probado en Xataka viene con diseño bastante clásico que solo se ve alterado por la base para el coche que TomTom coloca desde hace no mucho en sus navegadores. Esa base EasyPort es muy compacta, sencilla de colocar y cómoda de llevar de un lado a otro.
En el modo de navegación tradicional no hay nada que destacar ni que remarcar en el aspecto negativo. Los menús de TomTom Go 950 son simples pero completos, así como coloridos. La pantalla tiene una respuesta buena pero lejos de la sensibilidad que demuestran la de los teléfonos móviles.
El TomTom Go 950 se vuelve algo diferente cuando lo conectamos a un ordenador. En vez de ser un solo y triste cable USB el que se usa para esa tarea, TomTom incluye una base con sistema antideslizante muy cómoda. Desde ese momento ya podemos gestionar el navegador desde un ordenador con Mac o Windows.
De todas las funciones que nos ofrece este navegador cuando lo conectamos al ordenador, más allá de la actualización de mapas y diversos aspectos del equipo (podemos preparar una ruta cómodamente en el ordenador y luego traspasarla al navegador), tenemos que hablar de la función MapShare, la cual nos deja corregir velocidades, sentidos de circulación de la calles, añadir información sobre las que están de obras o en construcción, o de radares fijos y móviles.
Modificarlos es muy sencillo e intuitivo, pero la pega es que podemos cambiar lo que queramos. Luego, al conectarlo al ordenador lo podemos enviar al sistema central de TomTom donde será evaluado el cambio por sus técnicos y si lo deseamos, podremos descargarnos las modificaciones que hayan hecho otros usuarios, pudiendo escoger entre todas o solo las que se han revisado desde TomTom. Ésta última opción parece la más sensata.
Con un precio de 300 euros, su pantalla y la facilidad para colocarlo y quitarlo son sus únicas armas contra el mundo de los teléfonos inteligentes haciendo de navegador GPS en el coche.
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