Los paneles OLED se están abriendo paso poco a poco en el mercado de los monitores para juegos. Durante los últimos dos meses hemos tenido la oportunidad de probar a fondo dos de los últimos que han llegado a las tiendas, el Xeneon Flex 45WQHD240 de Corsair y el OLED Flex de LG, y los dos nos han dejado un sabor de boca muy bueno por su estupenda calidad de imagen global y sus espectaculares prestaciones. Pero esto no es todo.
Acaban de llegar a las tiendas españolas otras dos opciones que también tienen muy buena pinta: el UltraGear Curved OLED 45GT95QE y el UltraGear OLED 27GR95QE, ambos de LG. Los hemos visto en acción con cierta calma, y podemos anticiparos que no decepcionan. Es posible que más adelante podamos analizar a fondo la más accesible de estas dos pantallas, el modelo de 27 pulgadas, pero ya tenemos muchas cosas que contaros acerca de este monitor. Aquí tenéis nuestras primeras impresiones.
LG UltraGear OLED 27GR95QE: especificaciones técnicas
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características |
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panel |
OLED QHD de 26,5 pulgadas, 10 bits, 240 Hz y relación de aspecto 16:9 |
resolución |
2.560 x 1.440 puntos |
hdr |
HDR10 |
tiempo de respuesta |
0,03 ms (GtG) |
brillo mínimo |
160 nits |
brillo típico |
200 nits |
cobertura de color |
98,5% del espacio de color DCI-P3 |
contraste típico |
1.500.000:1 |
ángulos de visión |
178º/178º |
sincronización adaptativa |
AMD FreeSync Premium y NVIDIA G-SYNC |
conectividad |
2 x HDMI 2.1, 1 x DisplayPort 1.4, 1 x USB 3.0 (subida), 2 x USB 3.0 (bajada) y salida de audio para auriculares |
sonido |
No tiene altavoces Salida para auriculares de 4 polos con audio 3D virtual DTS Headphone:X |
consumo típico |
74 vatios |
dimensiones |
604,4 x 574,4 x 258 mm (con peana) |
peso |
7,35 kg (con peana) |
precio |
Monitor gaming LG UltraGear 27". OLED: 2.560 x 1.440 puntos, 16:9, 200 cd/m², 1,5M:1, 0,03 ms, 240 Hz, DCI-P3 > 90% y HDR10
Si lo pruebas estás perdido: es difícil renunciar a estas prestaciones
Antes de seguir adelante merece la pena que nos detengamos un momento para indagar en las especificaciones más relevantes de este monitor con matriz OLED de 26,5 pulgadas y resolución QHD (2.560 x 1.440 puntos). Una de sus bazas más atractivas consiste en que es la primera pantalla con panel orgánico capaz de entregarnos un refresco de 240 Hz, una característica que refleja con claridad su vocación de consolidarse como un buen monitor para jugar.
No obstante, también tiene muy a su favor otro dato contundente: su tiempo de respuesta es bajísimo. Todas las matrices OLED tienen un tiempo de respuesta bajo (casi siempre inferior a 1 ms), y aquí están incluidos también los televisores con panel orgánico, pero la cifra que nos promete LG con este monitor es espectacular: 0,03 ms (GtG). Su refresco y su tiempo de respuesta lo hacen apto para el juego competitivo; de hecho, lo hemos visto en las manos de varios jugadores profesionales del equipo de eSports Falcons, y nos entrega un control extremadamente preciso sin rastro de desenfoque de movimiento.
Eso sí, su capacidad de entrega de brillo es relativamente modesta. Según LG su valor mínimo es 160 nits, aunque su brillo típico asciende a 200 nits. Son cifras comedidas que podrían limitar su rendimiento con los contenidos HDR10, pero no debemos pasar por alto que los monitores OLED tienen a su favor unos negros muy profundos que actúan como un marco de referencia idóneo a la hora de enfatizar las regiones más iluminadas de cada fotograma. Su HDR no es espectacular, pero está a la altura.
Como cabe esperar, los negros que nos entrega este monitor son profundos, pero lo que más me impactó a mí durante esta primera toma de contacto fue el nivel de detalle que consigue recuperar en las regiones en sombra. En algunos juegos esta característica puede marcar la diferencia porque nos permite ver objetos ubicados en las zonas más oscuras de cada fotograma que en muchas pantallas con panel LCD probablemente pasarían desapercibidos. Un apunte más: en la siguiente fotografía de detalle podemos ver la iluminación RGB que LG ha implementado en la parte trasera de este monitor.
En la siguiente fotografía podemos ver qué aspecto tiene la peana diseñada por los ingenieros de LG para garantizar la estabilidad del panel de este monitor. Me veo en la obligación de confesar que no soy un fan de este diseño en 'V' invertida por el que, por otra parte, también apuestan muchos otros fabricantes de pantallas. En cualquier caso, esta peana cumple su cometido sin problema, y, además, está impecablemente mecanizada (algo que me parece necesario en un monitor por el que LG oficialmente nos pide pagar 1.200 euros).
En lo que se refiere a la conectividad este monitor cumple, pero tiene margen para mejorar. Nos entrega dos entradas HDMI 2.1 que son capaces de transportar las señales 1440p a 240 Hz idóneas para sacarle el máximo partido, pero, desafortunadamente, solo tiene una entrada DisplayPort. Y, además, es de tipo 1.4. En mi opinión lo ideal sería que hubiese contado con dos conectores de esta categoría, y, puestos a pedir, que implementasen la norma DisplayPort 2.1 con la que ya son compatibles las recientes Radeon RX 7000 de AMD.
Eso sí, en lo que se refiere a las tecnologías de refresco adaptativo no tengo nada que objetar. Esta pantalla OLED es compatible con FreeSync Premium de AMD y G-SYNC de NVIDIA, por lo que no importa si la "alimentamos" conectándola a un PC equipado con una tarjeta gráfica Radeon RX o GeForce RTX; en ambos casos nos permitirá librarnos de dos defectos gráficos tan molestos como el tearing y el stuttering. El primero provoca que la imagen quede deformada por una línea que la atraviesa horizontalmente de un extremo al otro, y el segundo induce la aparición de unos pequeños saltos en la cadencia de imágenes que reducen la fluidez y pueden arruinar nuestra experiencia.
Los paneles OLED han madurado, y sí, son atractivos para jugar
A falta de que se presente la oportunidad de probarlo a fondo y en nuestras propias instalaciones podemos anticiparos algo: este monitor va a hacer ruido. Su calidad de imagen es fabulosa no solo por la profundidad de sus negros y debido al detalle que consigue recuperar en las regiones en sombra; también destaca por su muy convincente reproducción del color. Eso sí, como hemos visto, su capacidad de entrega de brillo es relativamente modesta. Sea como sea su calidad de imagen global es muy alta y está alineada con la que los usuarios podemos exigir a una pantalla de 1.200 euros.
No obstante, su matriz orgánica no es su única baza. Como hemos visto, también se desmarca por ser capaz de entregarnos una frecuencia de refresco máxima de 240 Hz a 1440p, así como por prometernos un tiempo de respuesta ínfimo: 0,03 ms (GtG). Es evidente que estas características lo hacen apto para el juego competitivo. Es una lástima que su conectividad no sea un poco más ambiciosa y se haya dejado en el camino una segunda entrada DisplayPort que a nosotros nos habría encajado como un guante. Aun así, su mayor "pero" es su precio porque lo coloca fuera del alcance de buena parte de los jugadores. De una cosa estamos seguros: cuando sean más asequibles los monitores OLED van a arrasar.
Monitor gaming LG UltraGear 27". OLED: 2.560 x 1.440 puntos, 16:9, 200 cd/m², 1,5M:1, 0,03 ms, 240 Hz, DCI-P3 > 90% y HDR10
Más información: LG
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