Los televisores OLED de la serie C son los que más nos gustan dentro del porfolio de LG. Y lo son porque incorporan las tecnologías más relevantes de las series superiores, no sacrifican ninguna innovación importante y su precio es más competitivo.
Llevamos analizándolos muchos años, y ninguno de ellos nos ha defraudado, por lo que es comprensible que esperásemos la oportunidad de probar el nuevo OLED C2 que nos propone esta marca este año con expectación.
No obstante, tuvimos la oportunidad de verlo en acción a finales del pasado mes de marzo en las oficinas de LG, y, lo que es si cabe más interesante, también pudimos hablar largo y tendido con el responsable técnico de esta marca acerca de las mejoras que implementa el nuevo C2. Y prometen.
La más relevante es que, como esperábamos, incorpora uno de los nuevos paneles OLED evo de tercera generación, y no una matriz orgánica de segunda generación como el modelo C1 del año pasado.
Otra mejora que los más tiquismiquis agradecemos consiste en que los conectores HDMI pueden trabajar con una velocidad de transferencia máxima de 48 Gbps, y no están recortados a 40 Gbps como en años anteriores. Además, todos ellos implementan la norma 2.1 completa. LG, acertadamente, hizo estos deberes hace varios años.
En la práctica no tiene demasiada importancia porque los 48 Gbps solo son necesarios para transportar contenido 4K UHD con una profundidad de color de 12 bits, 120 Hz y submuestreo de color 4:4:4, pero, aun así, no cabe duda de que dejar atrás este recorte es una buena noticia.
LG OLED C2: especificaciones técnicas
Antes de seguir adelante merece la pena que dediquemos unos minutos a repasar en qué se diferencian los paneles OLED evo de tercera generación que este año incorporan las series C2 y G2 de las matrices orgánicas de segunda generación. La mejora más relevante introducida por LG en el panel del televisor OLED que estamos a punto de analizar es su mayor capacidad de entrega de brillo.
Y es que, según esta marca, el panel OLED evo del modelo C2 es un 20% más brillante, y el de la serie G2 un 30% más luminoso. Este último puede permitirse entregar más brillo gracias a que incorpora un disipador que le permite evacuar con más eficacia la energía térmica residual.
El panel OLED evo del modelo C2 es un 20% más brillante, y el de la serie G2 un 30% más luminoso que las matrices OLED de segunda generación
Además, para incrementar la precisión con la que los televisores OLED con panel evo reproducen el color los ingenieros de LG han modificado la estructura de la matriz, actuando sobre las capas que se responsabilizan de la restitución de los colores rojo y azul. También han añadido una nueva capa para reproducir el color verde que, según esta marca, tiene un impacto perceptible en la capacidad de entrega de luz del televisor.
No obstante, esto no es todo. Otra cualidad relevante de los paneles OLED evo consiste en que, según LG, son un 20% más eficientes que las matrices con diodos orgánicos de segunda generación. Esta característica repercute en su consumo, que debería ser un poco más bajo, y también contribuye al incremento de la capacidad de entrega de brillo del que hemos hablado unos párrafos más arriba.
LG OLED65C2 | Características |
---|---|
PANEL | OLED evo 4K UHD de 65 pulgadas, 120 Hz, 10 bits y relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3840 x 2160 puntos |
HDR | Dolby Vision, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMAGEN | 4K Alpha 9 Gen 5 con IA |
SISTEMA OPERATIVO | WebOS 22 |
MODO CINEASTA | Sí |
DOLBY VISION IQ | Sí |
CONECTIVIDAD | 4 x HDMI 2.1, 3 x USB 2.0, 1 x entrada antena, 1 x salida audio digital óptico, 1 x Ethernet, 1 x IR y 1 x salida auriculares/línea |
CONECTIVIDAD INALÁMBRICA | Wi-Fi 5 Bluetooth 5.0 |
TECNOLOGÍAS PARA JUEGOS | NVIDIA G-SYNC, AMD FreeSync Premium, VRR, ALLM, HDR GiG, Google Stadia y GeForce Now |
SONIDO | Dolby Atmos 2.2 canales 40 vatios |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase G |
DIMENSIONES | 1441 x 879 x 215 mm (con peana) |
PESO | 16,5 kg (con peana) |
PRECIO | 2088,90 euros (versión de 55 pulgadas) |
LG OLED55C24LA - Smart TV webOS22 55 Pulgadas (139 cm) 4K OLED EVO, Procesador Inteligente Máxima Potencia 4K a9 Gen 5 IA, Compatible 100% formatos HDR, HDR Dolby Vision y Dolby Atmos, TV para Gaming
Este año la peana es más compacta, aunque no compromete la estabilidad
El diseño y el acabado de este televisor son esencialmente los mismos del modelo C1 del año pasado, aunque hay varias diferencias estéticas entre ellos que merece la pena que no pasemos por alto. Indagaremos en ellas en los siguientes párrafos, pero antes de hacerlo me parece justo reparar en lo estilizados que son los televisores OLED de LG.
Sus marcos son muy finos, y, además, la naturaleza autoemisiva de los diodos orgánicos permite que el panel tenga un grosor de solo 7 mm a pesar de que, como hemos visto, los ingenieros de LG han introducido una nueva capa en la matriz evo. El módulo en el que reside la lógica de procesado y los conectores incrementa el grosor del televisor hasta los 45 mm, pero, aun así, sigue siendo una cifra comedida.
Como podemos ver en la siguiente fotografía de detalle, la peana central del modelo C2 es más compacta que la utilizada por el C1 del año pasado. La peana de este último televisor se extiende casi de lado a lado del panel, pero la nueva tiene una anchura de solo 47 cm.
Está impecablemente mecanizada en aluminio cepillado, y, afortunadamente, su diseño no compromete la estabilidad del panel de 65 pulgadas que incorpora la versión del modelo C2 que hemos analizado.
Por otro lado, en el C1 algunos conectores, como el puerto Ethernet o la toma de antena, residen en la parte trasera del módulo de policarbonato que contiene la circuitería, pero en el C2, como podemos ver en la siguiente imagen, todos los conectores están alojados en el perfil de este recinto de plástico.
Este nuevo diseño nos permite instalar el televisor más cerca de la pared si decidimos utilizar un soporte VESA de espesor reducido, por lo que me parece un cambio acertado. El cable de alimentación puede recogerse con facilidad en un compartimento del módulo trasero para que no nos moleste si instalamos el televisor en un soporte de pared.
El software de este televisor mantiene el nivel de años anteriores
Durante la última década el software de los televisores ha ido reclamando una parte del protagonismo que hasta ese momento acaparaba el hardware. Y es razonable que haya sucedido esto si tenemos presente que su impacto en nuestra experiencia es muy profundo. WebOS 22, que es la versión de su sistema operativo integrada por LG en sus televisores este año, es muy rápido.
Nos permite movernos por la interfaz con una latencia mínima, y, además, el tiempo que invierte el C2 en iniciar y cerrar una app es reducido, por lo que en este ámbito no tengo nada que objetar. En cualquier caso, nada de esto es nuevo si tenemos presente que webOS lleva muchos años a muy buen nivel.
Una de las novedades de webOS 22 consiste en que ahora cada usuario puede crear su propio perfil, de modo que al encender el televisor e identificarse la interfaz adquiera la distribución y la estética que previamente ha especificado. Esta prestación es útil si varias personas utilizan habitualmente el televisor.
Además, esta plataforma nos propone transformar el televisor en un altavoz inteligente gigante. Esto significa, sencillamente, que puede permanecer a la escucha, incluso cuando lo hemos apagado, para permitirnos interactuar con el asistente de voz tal y como haríamos con cualquier altavoz inteligente. Los televisores de LG son compatibles con Google Assistant y Amazon Alexa.
Por otro lado, la app Home Dashboard nos propone utilizar nuestro televisor como centro neurálgico a través del que podemos acceder a los dispositivos que previamente hayamos conectado a él. Esta prestación es especialmente atractiva si nos interesa la domótica y tenemos electrodomésticos dotados de conexión a internet porque podemos controlarlos empleando el televisor.
En lo que se refiere a la calibración de fábrica si mi memoria no me traiciona, y creo que no lo hace, el nuevo C2 es esencialmente clavado al C1 del año pasado. Viene razonablemente bien calibrado, aunque, en mi opinión, los televisores que nos proponen la estética cinematográfica más convincente son los modelos de gama alta de Sony y Panasonic.
Eso sí, LG ha apostado por el modo cineasta (filmmaker) desde que vio la luz, por lo que, sobre el papel, si lo mantenemos activado recuperaremos en las películas que lo utilizan la apuesta estética del director.
En cualquier caso, la opción de los puristas, y la que nosotros recomendamos a los aficionados más exigentes que puedan permitírsela, no es otra que calibrarlo minuciosamente con una sonda y una herramienta de ajuste profesional. Este televisor nos permite actuar sobre un abanico de parámetros muy amplio para afinar su calidad de imagen, por lo que en este terreno no tengo nada que objetar.
El mando a distancia que nos entrega LG junto a este televisor es el mismo que nos propuso el año pasado, y me parece bien porque es un accesorio bien pensado. Como en años anteriores, nos permite interactuar con el televisor utilizando un puntero e incorpora accesos directos a algunas de las apps más utilizadas. Eso sí, no es un mando lujoso; está fabricado completamente en policarbonato (como el de casi todos los televisores de gama alta).
El panel OLED evo da la talla con el cine. Vaya si la da
Para poner a prueba su calidad de imagen recurrí a algunas de las películas en Blu-ray Disc y Blu-ray 4K que suelo utilizar, entre las que merece la pena destacar 'El renacido', 'La llegada', 'Interstellar', 'Blade Runner 2049' o 'Spider-Man: Lejos de casa', entre otras. También utilicé contenido de Netflix y YouTube que conozco muy bien.
Para reproducir estas películas recurrí a un lector OPPO UDP-205, un dispositivo que ya está descatalogado, pero que sigue destacando por la gran calidad de su mecánica de transporte y su lógica de procesado de audio y vídeo.
La fotografía que podéis ver debajo de estas líneas la tomé utilizando un microscopio digital, y muestra la matriz de subpíxeles WRGB que conforma el panel OLED evo. A diferencia de los televisores con panel LCD, los dispositivos con diodos orgánicos tienen una alta capacidad de dispersión de la luz, por lo que no necesitan que se coloque encima del panel una lámina de dispersión adicional para ofrecernos unos ángulos de visión muy amplios.
El nivel de detalle que consigue recuperar este televisor es fabuloso, aunque el modelo C1 ya resolvía este parámetro con sobresaliente. En este ámbito la habilidad con la que los algoritmos de procesado consiguen identificar los objetos en primer plano para separarlos del fondo con el propósito de dotar a cada fotograma de una mayor profundidad y recuperar más detalle fino es sorprendente.
El blooming, ese defecto que se manifiesta bajo la forma de unos halos que rodean las zonas más iluminadas de cada fotograma, es inapreciable en los televisores OLED gracias a la naturaleza autoemisiva de los subpíxeles y a su reducido tiempo de respuesta (suele ser inferior a 1 ms), y este modelo no es una excepción a esta regla. Además, consigue recuperar bastante información en las zonas más iluminadas de cada fotograma y evita que se saturen excesivamente.
A la colorimetría de este televisor no puedo ponerle ninguna pega. He intentado que las fotografías que ilustran este análisis la reflejen con la máxima precisión posible, pero, aun así, me temo que es muy difícil que hagan justicia a la riqueza con la que este televisor resuelve el color cuando lo tienes delante.
Las modificaciones que ha introducido LG en la estructura y la composición de los paneles orgánicos de 3ª generación persiguen reproducir el color de una forma más fidedigna
De hecho, según LG las modificaciones que han introducido sus ingenieros en la estructura y la composición de los paneles orgánicos de tercera generación persiguen reproducir el color de una forma más fidedigna que las matrices de segunda generación. No he tenido la ocasión de comparar frente a frente el rendimiento en este escenario del C1 y el C2, pero este último es muy convincente.
La capacidad máxima de entrega de brillo de este televisor en áreas acotadas del panel asciende, según LG, a 900 nits, una cifra notablemente superior a los 750 nits que nos propone el modelo C1. Aun así, su rendimiento en esta área está un paso por detrás del modelo G2, que roza los 1000 nits, y también de las propuestas más avanzadas con panel OLED de Sony y Panasonic. En este ámbito la presencia de un disipador marca la diferencia.
Otro punto a favor del panel OLED evo de este televisor: a pesar de haberme pasado muchas horas analizando meticulosamente la matriz no he percibido la más mínima alteración de la uniformidad. Ni siquiera al reproducir fotogramas en los que predomina el color gris.
Además, el ruido de alta frecuencia es inapreciable, y el mérito en este caso recae en el buen trabajo de procesado que llevan a cabo los algoritmos de refinado de las imágenes y el microprocesador Alpha 9 de quinta generación.
Otro apartado que me ha dejado un buen sabor de boca es la gestión del circuito ABL (Automatic Brightness Limiter) que lleva a cabo este televisor. Esta lógica se responsabiliza de ajustar y limitar el nivel de brillo para prevenir el marcado del panel, y durante mis pruebas ha resuelto la transición de fotogramas con diferente nivel de luminosidad de una forma suave, algo que no sucedía en el modelo CX de 2020.
Por otro lado, la siguiente fotografía está tomada intencionadamente a oscuras para evaluar la cobertura antirreflejos que incorpora el modelo C2. El tenue destello que podemos ver en el centro de la imagen pertenece, precisamente, al C2, y el aparatoso fogonazo de la parte superior está provocado por la cobertura de un antiguo televisor Sony de 2008. Nuestra intención no es compararlos porque sería injusto; es ilustrar lo mucho que ha mejorado el tratamiento antirreflejos durante estos años.
Durante nuestras pruebas el consumo de este televisor con panel orgánico osciló casi de forma permanente entre 70 y 95 vatios, aunque en algunos momentos puntuales arrojó unas cifras mucho mayores. Nuestro consumómetro registró en algunos instantes picos superiores a los 170 vatios coincidiendo con la restitución de aquellos fotogramas que requieren una mayor capacidad de entrega de brillo.
Este televisor enamora con videojuegos. Prometido
Para evaluar el rendimiento de este televisor con videojuegos recurrí a nuestra Xbox Series X y a varios títulos que son muy sensibles a la latencia, como ‘Mortal Kombat X’, ‘Forza Horizon 4’, ‘Gears 5’ y ‘Ori and the Will of the Wisps’.
Como podéis ver en la siguiente fotografía, la consola de Microsoft identifica correctamente que este televisor implementa el modo automático de baja latencia (ALLM) y la frecuencia de actualización variable (VRR) vinculados a la norma HDMI 2.1. También habilita la compatibilidad con los estándares Dolby Vision y HDR10, así que todo en orden hasta aquí.
Por otro lado, desde el panel de optimización del televisor para juegos podemos hacer algo más que consultar los parámetros de configuración relevantes en este escenario de uso; también podemos actuar sobre todos ellos sin necesidad de bucear en el menú de configuración global del televisor.
El panel de optimización para juegos incorpora algunas novedades, como un nuevo modo para deportes o algunos ajustes avanzados de la calidad de imagen
Algunas de las cosas que podemos hacer son activar las tecnologías de refresco adaptativo (VRR, NVIDIA G-SYNC y AMD FreeSync Premium), habilitar el modo de baja latencia de entrada o actuar sobre algunos parámetros que condicionan la calidad de imagen, como, por ejemplo, el nivel de brillo que limita el detalle que es posible recuperar en las regiones en sombra.
Según LG la latencia de entrada que nos propone este televisor es inferior a los 12 ms, y sí, lo confirmo. El modelo C1 tiene una latencia a 1080p, 1440p y 2160p de unos 10 ms, y el C2 juega en esa misma liga.
Si además tenemos en cuenta que el tiempo de respuesta del panel OLED evo es inferior a 1 ms lo razonable es que el control sea preciso incluso en los juegos más exigentes. Y sí, os aseguro que lo es. De hecho, este C2 nos propone una experiencia similar a la de un monitor para gaming. Eso sí, uno de 65 pulgadas, que, como he mencionado más arriba, es el tamaño de la versión que hemos probado.
El talón de Aquiles de este televisor con los juegos es el mismo de todos los televisores OLED: la posibilidad de que a largo plazo se produzca retención en alguna zona del panel. No obstante, en un escenario de uso mixto en el que el televisor también se utiliza para ver películas es relativamente poco probable que aparezca este problema si somos mínimamente cuidadosos.
En cualquier caso, mi valoración en este escenario de uso es definitiva: este televisor es una gozada con videojuegos. Y es que lo tiene todo: implementa la norma 2.1 completa en los cuatro conectores HDMI, tiene una latencia de entrada muy baja, un tiempo de respuesta mínimo, es compatible con Dolby Vision para juegos y HDR10, integra las tecnologías de sincronización adaptativa más relevantes... En este terreno LG merece objetivamente un sobresaliente.
Su sonido está a la altura, pero sigue sin impresionarnos
Mi descripción del sonido del modelo C1 encaja como un guante también con las prestaciones que nos propone el C2. Y es que las limitaciones que impone la física son innegociables. En lo que se refiere a su capacidad de restituir el sonido los televisores actuales tienen en su contra la imposibilidad de contar con una caja de resonancia voluminosa.
Unos resuelven este hándicap mejor que otros, y este televisor queda situado en un puesto similar al modelo del año pasado. No suena mal en absoluto; de hecho, me gusta cómo resuelve la gama media, en particular la voz humana.
Además, su nivel de distorsión es moderado siempre que, eso sí, no se nos vaya la mano con el volumen. Si no excedemos el 75 u 80% del valor máximo la distorsión no nos molestará, pero más allá es perceptible y puede provocarnos fatiga acústica.
Por otro lado, la escena sonora que genera este televisor es amplia, aunque si queremos disfrutar con nuestras películas un sonido multicanal más inmersivo y dotado de una mayor precisión espacial lo ideal es optar por una buena barra de sonido, o, mejor todavía, un equipo multicanal dedicado.
He tenido la oportunidad de analizar todos los televisores OLED de la serie C que LG ha lanzado durante los últimos años, y me parece razonable llegar a la conclusión de que cada nuevo modelo da un paso hacia delante más o menos evidente en lo que se refiere a su calidad de imagen global, y, sin embargo, en el ámbito del sonido están estancados. Confío en que el modelo C3, o como se llame finalmente el sucesor del televisor que estamos probando, me obligue a cambiar de opinión.
LG OLED C2: la opinión y nota de Xataka
La madurez que ha alcanzado el mercado de los televisores OLED es indudable. Actualmente los usuarios tenemos a nuestro alcance un abanico de opciones más amplio que nunca, con mejores prestaciones que en años anteriores y a precios que en momentos puntuales son más competitivos.
Además, la llegada de los primeros televisores de Sony y Samsung equipados con un panel QD-OLED plantea una alternativa a los dispositivos que apuestan por las matrices W-OLED (White OLED) de LG, y los usuarios siempre salimos beneficiados de una mayor competencia.
Esta es la coyuntura en la que está a punto de llegar a las tiendas el que para nosotros es el televisor con panel orgánico más equilibrado de LG. Mantiene las mismas señas de identidad de las revisiones de años anteriores, pero refina algunos apartados que, si cabe, lo refuerzan como un producto un poco más redondo.
Su calidad de imagen global con cine y videojuegos es sobresaliente, WebOS 22 es tan rápido como la anterior revisión de esta plataforma e incluye algunas mejoras muy interesantes, y, además, su rendimiento con videojuegos es fabuloso gracias a su baja latencia, mínimo tiempo de respuesta y al soporte completo de la norma 2.1.
De propina, LG ha refinado ligeramente su estética al proponernos junto a este C2 una peana más compacta, aunque el punto más claro se lo anota al eliminar el recorte del ancho de banda de los enlaces HDMI a 40 Gbps (en este televisor trabajan a los 48 Gbps que define el estándar 2.1).
Esta marca no tiene mucho margen de maniobra para sorprendernos con el modelo del año que viene. Quizá podría conseguirlo si le da un impulso a su sonido con alguna innovación relevante, y, sobre todo, si por fin introduce el procesado riguroso de contenidos HDR10+. En cualquier caso, quien se haga con este televisor apostará sobre seguro.
9,3
A favor
- Su calidad de imagen global es fabulosa tanto con cine como con videojuegos
- WebOS 22 es rápido, pulcro y muy intuitivo
- Es una delicia con juegos por su baja latencia, mínimo tiempo de respuesta y soporte completo de la norma HDMI 2.1
- Los conectores HDMI 2.1 dejan de estar recortados para trabajar a 48 Gbps
- El módulo de optimización para juegos es ambicioso y muy práctico
En contra
- No procesa contenidos HDR10+
- Su sonido es convincente, pero echamos de menos alguna innovación que lo ponga a la altura de la sobresaliente calidad de imagen que nos propone este televisor
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Este televisor ha sido cedido para este análisis por LG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.
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