El Pixel 7 Pro es una de las grandes esperanzas para la gama alta en 2022. Sobre el papel tiene de todo, pero a un precio más bajo que su competencia más directa. Un gama super alta por menos de 1.000 euros, con una de las mejores cámaras del mercado y una apuesta en software difícil de mejorar en Android. Pinta bien pero, como siempre, es necesario probar a fondo por si el papel engaña.
Pasa por nuestra mesa de análisis el Google Pixel 7 Pro, uno de los móviles más especiales del año y la prueba de que es posible tener una experiencia excelsa (pequeño spoiler) sin necesidad de disparar el presupuesto por encima de los 1.000 euros. Vamos a desgranar qué ofrece.
Ficha técnica del Google Pixel 7 Pro
GOOGLE PIXEL 7 PRO | |
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DIMENSIONES Y PESO | 16.3 x 7.66 x 0.87 cm; 210.5 gramos |
PANTALLA | 6,7 pulgadas |
PROCESADOR | Google Tensor G2 |
MEMORIA RAM | 12 GB |
MEMORIA INTERNA | 128 / 256 GB |
CÁMARA TRASERA | 50 MP OIS f/1.85, 1/1.3", OIS |
CÁMARA DELANTERA | 10,8 MP, f/2.2 |
SOFTWARE | Android 13 |
BATERÍA | 5.000mAh |
OTROS | Reconocimiento facial |
PRECIO |
Google Pixel 7 Pro - Teléfono móvil 5G Android libre con teleobjetivo, objetivo gran angular y batería de 24 horas de duración - 128 GB, Obsidiana
Diseño: con personalidad, para bien y para mal
Con los Google Pixel 6 y Google Pixel 6 Pro, Google introdujo una nueva línea de diseño para sus Pixel. La cámara pasaba a ser más protagonista que nunca gracias a una enorme franja vertical que escondía los sensores de cámara. Esta franja, de color negro en todas sus versiones, casaba bastante bien con los propios colores del terminal. Del mismo modo, era bastante resistente y no demasiado sucia.
Este año, el Pixel 7 Pro repite con cristal en la parte trasera, pero el módulo pasa a ser de aluminio cepillado (mate en el caso del Pixel 7). Se ensucia con gran facilidad, es fácil de microarañar (el móvil no viene con funda y, tan solo con apoyarlo en alguna mesa, podemos arañar el módulo), y la sensación es menos premium que la del año pasado. Sigue teniendo una personalidad única, pero me convenció algo más la solución del año pasado. La parte trasera se ensucia bastante (aunque el blanco ayuda un poco a disimular las huellas), y vuelve a ser un móvil bastante resbaladizo, como el año pasado.
La posición de la botonera también es distinta respecto a lo que acostumbramos a ver en Android. En la parte media del lateral derecho, justo donde recae el dedo pulgar, tenemos la botonera de volumen. El botón de desbloqueo, bastante pequeño, está ubicado un poco más arriba, por lo que vuelve a ser difícil de alcanzar.
Con unos pocos días de uso te acostumbras, sin menor problema, pero me hubiese gustado una botonera invertida, con el botón de desbloqueo en una posición algo más baja. A lo que no termino de acostumbrarme es a que los botones bailen ligeramente. En un terminal de este precio el remate podría ser algo mejor.
Al darle la vuelta, hay algunos cambios respecto al modelo anterior. Ya no hay una curva tan pronunciada, sino un panel con un 2,5D algo acusado. No llega a ser un panel plano, pero la curva es menos molesta que en la generación anterior. El aprovechamiento frontal es prácticamente idéntico, y el único salto atrás que he notado es que la rebaja entre el marco y la pantalla se nota bastante. Esto no sucedía el año pasado, y se suma a la lista de pequeños pasos atrás en diseño. Con una funda que cubra los bordes no habrá menor problema con esto, todo sea dicho.
Sigue siendo un móvil muy grande, aunque recorta algunos milímetros de alto y ancho respeto al modelo anterior. El Pixel 7 Pro es un móvil premium, pese a sus imperfecciones, y sigue teniendo mucha personalidad.
Pantalla: una buena sensación multimedia
Las especificaciones del panel son, prácticamente, calcadas a lo que vimos el año pasado. Hablamos de 6,7 pulgadas, con resolución Quad HD+ y tasa de refresco adaptativa entre 10 y 120 Hz (LTPO). Aquí es importante apuntar que el teléfono viene configurado en Full HD+ cuando lo sacamos de la caja. Pasar a Quad HD+ no tiene mayor impacto en la autonomía, así que recomiendo aprovechar la resolución para la que ha nacido este panel.
Estamos ante una buena pantalla, no compite por el top 5 en la gama alta, pero queda bien resuelta a nivel de nitidez, contraste y reproducción del color. El pico máximo de brillo es de 1.500 nits, y se visualiza suficientemente bien la pantalla cuando la incidencia solar es directa.
El funcionamiento de los 120 Hz adaptativos es correcto, aunque ha habido momentos puntuales en los que he notado caída en la tasa de refresco. El scroll tiene aún que afinarse, aunque no debería tardar en corregirse mediante actualizaciones. La curva sigue mostrando cierto sombreado (algo inevitable en este tipo de paneles) pero, al ser algo menos acusada, es menos molesta. Lo que también se ha corregido es el funcionamiento del brillo automático. Con el Pixel 7 Pro tuve serios problemas con el mismo, los cuales han desaparecido por completo.
La configuración y ajustes de color son algo parcos, pudiendo escoger tan solo entre los colores naturales y adaptativos. Me he encontrado cómodo con estos últimos, algo saturados, pero sin demasiadas estridencias. A nivel de ángulos de visión no hay el mínimo efecto arcoíris, ni tintes magenta o azulados (algo de lo que suelen acusar los paneles 2K curvos en gama alta).
Tenemos un modo Always On bastante parco, que nos muestra la hora, información del tiempo, fecha, e iconos sobre las apps que nos están enviando notificaciones. Me sorprendido lo bien que adapta el brillo a las condiciones del entorno para intentar ahorrar el máximo de energía. No es una función que, en mi uso, aporte demasiado valor, pero los amantes del AOD pueden quedar conformes con este plus de información cuando el móvil está bloqueado.
Sonido: potente y contundente
El Google Pixel 7 Pro tiene un sistema de doble altavoz bastante potente. La calidad general es buena, aunque noto que esta generación tenemos mayor volumen, pero menos pegada de los graves. He echado en falta ese extra de punch en bajos en algunas películas y juegos pero, teniendo en cuenta el precio del terminal, el apartado del sonido es más que correcto. El Pixel 7 Pro, de forma automática, reconoce el entorno en el que estamos para adaptar la ecualización. Pequeños detalles que cuentan.
Adicional al apartado del sonido, destacar que la respuesta háptica del Pixel 7 Pro es una de las he que he probado. De hecho, esto es algo que suelo desactivar en la mayoría de teléfonos Android, ya que no suele ser muy agradable la vibración. en este Pixel 7 Pro la he dejado activa: es una auténtica delicia cómo interactúa con cada gesto, y está claramente en el podio de las mejores respuestas hápticas del momento. Son detalles que suelen pasar desapercibidos, pero que influyen mucho más de lo que pudiera parecer en la experiencia de uso.
Rendimiento: un procesador más inteligente que potente
Google tiene una estrategia clara con sus Google Tensor: la potencia pasa a un segundo plano y las funciones de inteligencia artificial llegan para acapararlo todo. El Tensor 2 es una evolución menor en términos de CPU y GPU. Los benchmarks indican que apenas hay salto y las pruebas técnicas muestran que es algo menos eficiente a nivel térmico, al menos acompañado de estas primeras versiones de software. No llega a calentarse de forma preocupante, pero jugando hemos notado que se calienta más rápido y, en el test de throttling, ha sufrido más que el Pixel de la generación anterior. Esto se llega a entender al analizar la estructura de este procesador.
- 2 núcleos ARM Cortex X1 a 2,85 GHz
- 2 núcleos ARM Cortex A78 a 2,35 GHz
- 4 núcleos ARM Cortex A55 a 1,8 GHz
- GPU Mali G710 MP07
- Proceso de 5nm
Google sigue apostando por un doble núcleo Cortex X1, ligeramente overclockeado respecto a la generación anterior. Los núcleos de rendimiento medio pasan a ser A78 (en la generación anterior eran núcleos A76) y 4 núcleos Cortex A55 para el bajo consumo. Los dos cores X1 implican menor eficiencia energética cuando el dispositivo está rindiendo al máximo, algo a lo que tampoco ayuda que no se haya dado el salto final a los 4 nanómetros. No obstante los números, números son, y no debería preocuparnos demasiado (al menos, en el uso habitual), no contar con el SoC más potente y eficiente.
GOOGLE PIXEL 7 PRO |
GOOGLE PIXEL 6 PRO |
POCO F4 GT |
XIAOMI 12 PRO |
ONE PLUS 10T |
GOOGLE PIXEL 6 |
SAMSUNG GALAXY S22 ULTRA |
OPPO RENO8 PRO |
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PROCESADOR |
GOOGLE TENSOR G2 |
GOOGLE TENSOR G1 |
QUALCOMM SNAPDRAGON 8 GEN 1 |
QUALCOMM SNAPDRAGON 8 GEN 1 |
QUALCOMM SNAPDRAGON 8+ GEN 1 |
GOOGLE TENSOR |
EXYNOS 2200 |
MEDIATEK DIMENSITY 8100-MAX |
RAM |
12 GB |
12 GB |
8 GB |
12 GB |
16 GB |
12 GB |
12 GB |
8 GB |
GEEKBENCH 5 (Single-Core/Multi-Core) |
1.047 |
1.003 |
1.197 |
1.250 |
1.068 |
1.003 |
1.171 |
947 |
3D MARK (WILD LIFE UNLIMITED) |
6.632 |
6190 |
10.031 |
10.332 |
7.715 |
- |
5.967 |
|
3D MARK (WILD LIFE STRESS) |
6.620 |
- |
10.118 |
- |
10.234 |
7.010 |
- |
5.966 |
PCMARK (WORK 3.0 PERFORMANCE) |
10.449 |
9.242 |
13.481 |
13.180 |
16.765 |
15.207 |
14.043 |
12.791 |
El único punto real en el que he notado que este Tensor no compite directamente con el Qualcomm Snapdragon 8+ Gen 1, el MediaTek Dimensity 8100 o el Apple A16 Bionic, ha sido en los juegos. Al abrir Genshin Impact, los gráficos se configuraron automáticamente en en baja resolución. Tras subirlos al máximo, he podido jugar sin menor problema, pero no mantiene tasas de FPS demasiado altas. He medido 41 FPS de pico máximo con caídas hasta los 14 FPS en zonas de gran carga gráfica. Se puede jugar perfectamente con él, pero no en las cotas de excelencia de otros gama alta. Las pruebas se han realizado siempre con más de un 50% de batería, para asegurar el máximo rendimiento.
Respecto al rendimiento en el día a día, la experiencia es bastante buena. Es un móvil fluido, no hay cuelgues, no hay lag, y todo se mueve como esperaba. Pese a esto, tal y como destaqué en el modelo del año pasado, los Pixel ya no son los móviles más rápidos. No me malinterpretes: es rápido, es fluido y funciona genial, pero ya no hay esos pequeños intangibles que convertían a los Pixel en los móviles indudablemente más fluidos.
Algo que no solemos comentar (al no haber demasiados problemas), es la cobertura móvil. Este Pixel 7 Pro me ha dado algunos problemas, perdiendo en ocasiones la conexión durante unos segundos. No es un problema que me haya preocupado en exceso, ya que se solventa automáticamente a los pocos segundos, pero sí que he notado que en cobertura está por detrás de sus rivales directos.
Biometría
Por fin, el Google Pixel 7 Pro tiene un sistema de reconocimiento facial. Google ha apostado por la solución 2D con la que contaban el resto de sus rivales, haciendo que la cámara delantera actúe como sistema biométrico. Funciona suficientemente bien, pero es algo más lento que algunos de sus rivales. También tiene una tasa de error algo más alta de lo habitual aunque, al ser la primera generación por parte de Google, el margen de mejora es alto.
Donde sí he quedado satisfecho es con el lector de huellas. El año pasado era muy lento e impreciso, algo que ha mejorado notablemente este año. Al menos, en mi experiencia, funciona muy rápido, desbloquea con la huella en cualquier posición, y la respuesta es la que pido en un móvil de este precio
Teniendo en cuenta las bondades en software de Google, sí que he echado en falta una mejor integración del reconocimiento facial en el sistema. No podemos usarlo para autorizar pagos, rellenar contraseñas, o las principales funciones que sí que permite el lector de huellas. Entendemos que usar un reconocimiento 2D no es tan seguro, pero aquí Google tiene una gran oportunidad de acercarse en funcionalidad a Face ID, integrando su hardware biométrico con sus API de identificación, pagos y demás.
Autonomía: sin problemas con el enchufe
El año pasado, el Google Pixel 7 Pro fue un terminal bastante tragón. Era fácil hacerlo morir con 4 horas de pantalla si le dábamos uso intensivo, y costaba bastante sobrepasar las 6 horas. A pesar de tener la misma capacidad, hemos notado una mayor optimización en este Pixel 7 Pro. No es una batería récord ni la más competitiva, pero en uso muy intenso aguanta perfectamente.
En el ciclo más bestia que hemos hecho, con 90% 5G y 10% WiFi, Always On activo, resolución 2K, y más de una hora de uso intensivo de la cámara, llegamos a las 12 de la noche con 4 horas de pantalla y un 20% restante. Ese 20% hubiese dado para otra hora de pantalla, alcanzando las cinco horas con un uso completamente anómalo. Con un uso más comedido, andamos sobre las siete horas de pantalla, un consumo bastante digno para la gama alta.
El sistema de carga rápida sigue siendo de 23W (sin cargador en la caja), compatible con el protocolo Power Delivery. El tiempo de carga es cercano a las dos horas, bastante alejado de rivales que ya superan los 100W. Aquí, como siempre, el debate está en carga rápida vs logenvidad. En mi caos particular, me encuentro bastante cómodo con esta cifra para un móvil que tiene un ciclo de vida de, como mínimo, cinco años (las actualizaciones de seguridad que promete Google). Otros usuarios demandarán más capacidad,
Software: nada como un Pixel para enamorarse de Android
Los Pixel siguen siendo la muestra de cómo se hacen los deberes en software, y este 7 Pro no podía ser una excepción. El dispositivo llega con Android 13, con algunas personalizaciones por parte de Google que le hacen mucho bien. Me ha gustado que, en el asistente de configuración, podemos escoger qué apps de Google se instalan y cuáles no. Las básicas como YouTube, Gmail o Chrome vienen instaladas, pero Google Meet, Keep, News, Documentos de Google, News y algunas más pueden no instalarse, si así lo queremos.
Este Pixel se actualizará durante tres años a las próximas versiones de Android, y recibirá parches de seguridad durante cinco años. Estos parches, al menos en los primeros años, llegarán de forma mensual, para garantizar que nuestro Pixel está al día en materia de seguridad y corrección de errores. En el caso de este 7 Pro no he tenido demasiados bugs, al contrario que en la generación pasada. Ha habido algún cierre puntual de la cámara, alguna congelación de la orientación (apps que no pasaban de horizontal a vertical) y poco más.
Las principales novedades exclusivas (por el momento) de este Pixel 7 Pro tienen que ver con las mejoras en el modo descanso, que ahora es capaz de detectar tos y ronquidos. Si le damos acceso al micrófono, el teléfono grabará todo lo que pase durante nuestras horas de sueño, activará el modo no molestar y, al despertar (podemos programar las horas que queramos), tendremos un completo resumen de cómo ha ido nuestra noche. Echo en falta el poder reproducir algunos de los fragmentos que se han registrado (algo que ayuda, por ejemplo, a analizar mejor problemas de ronquidos), algo que hacen algunos de sus rivales.
Gracias al Tensor 2 (según Google), también mejora la velocidad del reconocimiento de voz, transcripción de voz a texto, traducción instantánea y, básicamente, la respuesta del Asistente de Google y su integración con el sistema. Google Fotos también se vale de estas funciones de IA para hacer que antiguas fotografías borrosas pasen a ser más nítidas. No hace milagros ni es tan sorprendente como el borrador mágico, pero es una función útil.
Destacar asimismo que este Pixel llegará con la VPN de Google One completamente gratis, pero tendremos que esperar a finales de 2022 para disfrutarla. Pese a algunos errores muy puntuales, el software de los Pixel sigue siendo una delicia, el camino a seguir en Android y la mejor muestra de lo maravilloso que puede llegar a ser este sistema operativo si no abusamos de los añadidos.
Cámara: el Pixel del zoom
Los cambios en hardware son mínimos en esta generación Pixel. Repetimos sensor principal, aunque hay mejoras en zoom y ultra gran angular. Este último abre el campo de visión hasta los 125,8 grados (ahora la app lo marca como 0,5x, en lugar de 0,7x), y el teleobjetivo pasa a tener cinco aumentos. Hablaré más adelante de cómo trabajan estos sensores en conjunto pero, tras repasar el hardware de la cámara, vamos a repasar rápidamente cómo funciona la app.
- Sensor principal: 50 MP, f/1.9, 25mm (angular), OIS.
- Sensor teleobjetivo: 48 MP, f/3.5, 120mm (zoom 5x), OIS.
- Sensor ultra gran angular: 2 MP, f/2.2, 125,8.
La app de cámara de este Pixel 7 Pro es idéntica a la que vimos el año pasado. Durante esta semana de uso ha recibido dos actualizaciones, y la cámara es la que nos avisa de que tenemos una update disponible, descargándola rápidamente y actualizándose cuando lo necesitamos. A nivel visual, es una app muy bien trabajada. Tenemos múltiples opciones para personalizar cada uno de los modos (retoque facial en modo retrato, enfoque automático, cercano o lejano en modo noche, framerate en vídeo...)
Especialmente destacable que podemos ajustar las sombras y altas luces desde la app de cámara, algo que ningún otro teléfono puede hacer de forma independiente. En otros rivales tenemos un control de exposición para dar más o menos luz a la foto, pero no podemos bloquear altas luces y sombras por separado. Más adelante verás ejemplos de qué es esto y para qué sirve.
Más allá de ajustes y funciones, la app de cámara del Pixel 7 Pro repite su mayor virtud, así como su mayor defecto. Junto a Apple, Google es la única que muestra el HDR en la vista previa. En otras palabras, no veremos cielos quemados que se solventarán cuando la imagen se procese en la galería. Es algo que llevan haciendo desde hace años, y que suma valor a la hora de disparar.
En el lado contrario, tenemos un problema que empaña un poco la experiencia. La vista previa del Pixel sigue siendo bastante mala, sobre todo cuando cae la luz. Se aprecia perfectamente el ruido del sensor y seguimos sin tener una vista previa del modo retrato (no sabemos si se ha activado o no, vamos a ciegas). Va tocando que Google exprima el Tensor para que la vista previa tenga algo más de calidad. Por lo demás, la app funciona fluida, el móvil dispara espectacularmente rápido, y la experiencia point and shot es buena.
Google Fotos es especial en los Pixel
Por último, Google Fotos merece unas breves palabras, ya que se comporta de forma excepcional si tenemos un Pixel. En esta generación, es capaz de devolver la nitidez a fotografías borrosas. No obra milagros, pero sí que hace más utilizables esas fotografías que no han salido del todo nítidas. Esta novedad funciona tanto en fotografías nuevas, realizadas con el Pixel, como en cualquiera que tengamos en la galería.
Otras opciones que tan solo funcionan en los Pixel son tanto el borrador mágico, que selecciona y elimina de forma automática a todas las personas de la fotografía, como el modo retrato en fotografías que no fueron tomadas con él. Si Google detecta que una fotografía puede mapearse para tener efecto de profundidad, no tarda más que unos segundos en convertir una fotografía normal en una con modo retrato.
Fotografía diurna
Un Pixel es un Pixel, y una foto tomada con un Pixel se reconoce a leguas. Google sigue priorizando el rango dinámico, forzando la nitidez de forma artificial (colándose, en ocasiones, con los bordes) y balanceando el tono hacia lo frío. Por el día, la fotografía diurna es una gozada, y está a la altura de los mejores sin duda alguna.
El look de estas fotografías es único y no debe juzgarse tan solo desde el lado técnico (algo que también haremos), sino desde el propio impacto visual que tiene la foto. La cámara del Pixel sigue teniendo ese efecto wow que le caracteriza, y que le da una personalidad aparte del resto de la gama alta.
Hablemos, en primer lugar, del HDR, ya que es una de las claves para que el Pixel dispare así. Este año he notado ligeras mejoras en el rango dinámico. El Pixel sigue haciendo todo lo posible por levantar sombras y, en la mayoría de ocasiones, le sale bien. La contrapartida, en situaciones de alta luminosidad, es un ligero tinte rojizo en estas zonas sombrías más conflictivas. Se aprecian incluso sin ampliar, aunque solo nos daremos cuenta si estamos acostumbrados a teléfonos que no hagan esto).
La segunda mejora que noto, hilando muy fino, tiene que ver con el detalle. Esta generación hay algo más de detalle fino y, aunque los bordes se siguen dibujando de forma bastante agresiva, las zonas clave de la fotografía están ligeramente más limpias que el año pasado. Es un salto casi inapreciable en procesado, pero denota que Google sigue intentando afinar sus algoritmos.
En fotografía algo más cercana, el alto contraste de las fotografías da una falsa (aunque agradable) sensación de nitidez extra. Al ampliar no hay apenas reproches, más allá de la falta de naturalidad de la que peca no solo este Pixel, sino la inmensa mayoría de móviles actuales. Sí que estoy convencido de que, con este sensor, se puede rescatar un detalle menos artificial, pero no tengo mayor queja visto el global de la foto.
Destacar asimismo, tanto en esta fotografía como en las anteriores, que el control de altas luces es de los mejores (si no el mejor) en la gama alta). Es cierto que las fotografías del Pixel tienden a ser algo más oscuras de lo que vemos realmente, pero el control de altas luces es preciso hasta niveles enfermizos.
Si hablamos de fotografía a personas, tenemos excelentes noticias y algún pero. El nivel de detalle es salvaje. Las mejoras finas en rango dinámico permiten que podamos apreciar a la perfección elementos como las líneas de las pupilas (suelen ser bastante conflictivas cuando el móvil no procesa de forma natural), y aquí se ubica, de nuevo, entre los mejores exponentes en la fotografía móvil.
El problema viene con el balance de blancos, que azulea en exceso la imagen y, con ello, rompe el tono original de la fotografía. Si ampliamos, observamos que el color de la piel es preciso, pero la imagen luce mucho más fría de lo que realmente es. Estas dos fotografías están tomadas cerca de la hora dorada, con un precioso cielo que teñía el ambiente de naranja, y la corrección automática de balance de blancos ha acabado con dicho tono. Siempre podemos ajustar el balance de blancos desde la propia app, pero es un comportamiento que nos gustaría ver en automático.
Google incide bastante en que su cámara es "inclusiva" y en que respeta los colores de piel más oscuros. Esto no debería ser una feature, ya que una cámara debe tomar las fotos como son. Pero no son pocos los rivales que clarean la piel, y tampoco es sencillo afinar el mismo procesado para distintos tonos de piel. Aquí, el Pixel lo clava, acierta con el tono y logra fotografías espectulares.
Algo sigue pasando con el ruido y los Pixel, pese a que el sensor crezca. De nuevo, el intentar subir las sombras al máximo (la fotografía no era nada sencilla, dicho sea), hace que se le vean las cosquillas al procesado. El Pixel no quiere lavar, pero genera un ruido bastante sucio en ocasiones.
El Pixel sigue generando, asimismo, algunos artefactos cuando la situación es compleja. El look de la fotografía sin ampliar es espectacular, con buen control de altas luces, colorimetría precisa, buen nivel de nitidez y sombras vivas. Esta fotografía es el ejemplo de cómo entran por los ojos las fotos del Pixel pese a que, técnicamente, tengan algunos problemas por resolver.
Zoom
El Google Pixel 7 Pro tiene un nuevo teleobjetivo de cinco aumentos, y es bastante espectacular. Yendo al detalle, se observa que no es tan nítido como el de algunos de los rivales Android que más apuestan por el zoom, pero es un sensor divertido, equilibrado y con un procesado idéntico al de la cámara principal.
El año pasado quedé bastante contento con el zoom 4x del Pixel 6 Pro. Este nuevo 5x es una buena revisión y, no me escondo, ha sido mi sensor favorito durante este análisis, ya que no es tan excesivo como un 10x, ni tan corto como un 3x.
Pero el zoom del Pixel no acaba aquí, y es que la IA de Google tiene bastante que decir. Volvemos a tener un zoom 2x pero este año se hace un recorte del sensor principal, para quedarnos con los 12,5 megapíxeles centrales. Se pierde así la luminosidad extra que aporta el Pixel Binning, pero se promete una mejora en detalle, al usar la zona más dulce a nivel de nitidez del sensor.
Con condiciones de buena luz el zoom 2x cumple, pero no apreciamos esa calidad cercana al zoom óptico que se prometía. La nitidez está bastante por debajo del sensor principal, y se acerca más a un zoom digital clásico que a un recorte de sensor. De nuevo, solo son problemas que encontraremos al ampliar, el global de la fotografía es más que aprovechable.
Del mismo modo, todo el rango de zoom entre 2x y 4,9x (antes de llegar al 5x), combina las imágenes del sensor principal y el teleobjetivo mediante un nuevo modelo de aprendizaje automático, fusionando las zonas más nítidas para obtener la mejor fotografía posible. El resumen es que tenemos un buen rango de zoom desde 2x y, al llegar al 5X, aprovechamos el tele.
¿Qué pasa si vamos más allá del 5x? Que aquí empieza a actuar el Super Res Zoom, la tecnología de Google para lograr zoom hasta 30x con la menor pérdida de calidad. En mis pruebas, el zoom aguanta de forma más que digna hasta 10x. Desde el 15x hasta el 30x se activa una estabilización bastante agresiva y los algoritmos de reducción de ruido.
Del zoom del Pixel me quedo con la magia del 5x, y el buen hacer del 10x. El rango de zoom de este teléfono es lógico y completo, no quiere competir por llegar a los 100 aumentos o cifras altísimas. Quiere competir en los rangos más aprovechables, y sin duda se convierte en uno de los mejores exponentes ahí.
Ultra gran angular
Buen ultra gran angular para este Pixel 7 Pro, con más información que nunca en la fotografía al ser más angular, y con la lógica distorsión que acompaña a este tipo de sensores. Nos gusta la consistencia entre las cámaras y es que, aunque el principal sea el más musculoso, la interpretación de color, balance de blancos e incluso tratamiento del HDR es idéntico a lo largo de los tres sensores del dispositivo.
Modo retrato
El modo retrato del Pixel es bastante llamativo, aunque la competencia le está adelantando en la segmentación de imagen y creación del mapa de profundidad. Como en el resto de fotografías, el global es muy bueno, pero no hace falta ampliar demasiado para apreciar que (hay zonas en las que el recorte falla un poco). Aquí la competencia, tanto en Android como en iOS, aprieta bastante), con un recorte prácticamente perfecto en algunos de sus rivales directos.
Donde lo hace especialmente bien es fotografiando objetos. Incluso en fotografías donde es bastante difícil crear un mapa de profundidad (bien por distancia o por la propia forma del objeto), el Pixel se las apaña para ofrecer un gran retrato.
Selfie
El selfie es bastante llamativo en el Pixel 7 Pro, con el mismo procesado de la cámara trasera. El modo retrato se lía un poco más. Tan solo sufre en condiciones de luminosidad extrema (como el contraluz que mostramos), donde el ruido que hemos ido viendo a lo largo del análisis hace incluso mayor acto de presencia, al fotografiar con un sensor más pequeño.
Fotografía nocturna
Cuando cae la noche, el Google Pixel 7 Pro sigue siendo uno de los mejores exponentes. La principal pega aquí tiene que ver con los flares o destellos en la lente. Hasta cierto punto es natural encontrar este tipo de destellos, pero en el Pixel son bastante exagerados, más que en sus rivales directos. Tendremos que tener cierto cuidado con la incidencia directa de farolas y demás objetos que destellen, ya que pueden reflejarse y crear este efecto.
El modo noche se activa de forma automática y, en esta generación, funciona más rápido que nunca. Nos ayudará a extraer un extra de luz en las fotografías, aunque la cámara es suficientemente luminosa como para no necesitarlo. Recomiendo dejarlo activo para las situaciones más extremas, aunque no es estrictamente necesario su uso para obtener buenas tomas nocturnas.
Este modo nocturno puede alterar el balance de blancos, tornándose bastante hacia el cálido. La ganancia en nitidez no es mucha, pero sigue haciendo que el Pixel tenga ese look propio cuando cae la luz.
El ultra gran angular sufre bastante cuando cae la noche, sobre todo cuando nos vamos acercando a las esquinas. Aquí el modo noche es prácticamente obligatorio, para corregir el ruido excesivo que se genera en dichas zonas. Sigue siendo un sensor que podemos utilizar, pero el rendimiento cae respecto al principal, como es habitual en todo teléfono.
El teleobjetivo, por su lado, sigue siendo una delicia aunque caiga la noche. Es nítido incluso con poca luz, controla bien el ruido y es un sensor al que querremos sacar partido a pesar de que la luz no acompañe. Al igual que el sensor gran angular y ultra gran angular, el modo noche también funciona de forma automática con este teleobjetivo.
Incluso el modo retrato se comporta bien de noche. El recorte es destacable, de nuevo, en objetos, y contar con tantos modos perfectamente utilizables cuando cae la noche convierten a esta cámara en una de las más versátiles.
Vídeo
Y llegamos al vídeo, uno de los puntos en los que Google ha puesto más atención esta generación. Hay dos grandes novedades este año: el modo cine y el vídeo en HDR a 10 bits. El modo cine es un buen primer paso, pero el resultado es mejorable. No funciona automáticamente (hay que pulsar sobre la persona a la que vamos a desenfocar), el bokeh es muy artificial y el recorte en tiempo real sufre bastante. Es una primera versión de este modo, así que el margen de mejora es alto.
Respecto a la grabación de vídeo en HDR 10 bits, está limitada a 30 FPS, tanto en Full HD+ como en 2K. En otras palabras, podemos grabar 1080p 30 FPS HDR10, 4K 30 FPS HDR10 y, si queremos grabar a 60 FPS, no podemos activar este modo. La calidad es muy alta con y sin HDR10, con un trabajo espectacular a nivel de estabilización, al nivel de los mejores.
No obstante, el vídeo del Pixel tiene un problema que no hemos visto en sus rivales, alineado con lo que vimos en fotografía: el ruido y los artefactos. En condiciones de buena luz, cuando grabamos en HDR10, el ruido es muy notable en zonas de sombra. No es un ruido natural, con el que no tenemos menor problema. Es un ruido digital muy sucio, en combinación con algunos artefactos que bajan la calidad del vídeo.
Del mismo modo, hemos observado que en HDR10 los verdes están muy sobresaturados, como vemos en el vídeo de muestra. Hay bastante por afinar aún en el procesado, a pesar de que la mejora ha sido sustancial respecto al año pasado.
El vídeo frontal no nos ha gustado, ya que hay algo extraño a la hora de procesar la piel. No termina de verse nítida ni siquiera en 4K y, aunque el HDR funciona bien, la imagen queda lavada, llena de ruido si la luz no acompaña y sin la calidad que podríamos tener. Se agradece poder grabar en 4K con la cámara selfie, algo que no todos hacen. Pero hemos visto mayor nitidez en rostro en grabaciones 1080p.
Google Pixel 7 Pro, la opinión de Xataka
El Google Pixel 7 Pro me deja un mejor sabor de boca respecto al modelo del año pasado. No he tenido apenas bugs, las mejoras en zoom se antojan bastante golosas, la batería aguanta un poco más y, en definitiva, es un refinamiento lógico y moderado respecto al modelo del año pasado.
Que Google mantenga el precio es más que relevante, ya que por 900 euros no hay una mejor cámara ni una mejor experiencia en software. Estos dos puntos son clave, y pueden decantar la balanza a la hora de comprar este teléfono. Sigue estando un paso por detrás en pantalla y potencia respecto a sus rivales directos, pero la experiencia es satisfactoria punto por punto, y ahí está lo relevante.
9.1
A favor
- La cámara de un Pixel es la cámara de un Pixel.
- Android 13 es maravilloso en este teléfono.
- El equilibrio general y calidad-precio son casi inmejorables.
En contra
- El acabado no ha sido un paso adelante.
- La cámara es muy buena, pero nos gustaría ver corregidos los problemas de ruido sucio.
- Echamos en falta algún año adicional de actualizaciones de sistema.
Google Pixel 7 Pro 128 GB
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Google. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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