Hay quien dice que si algo funciona, mejor no tocarlo. Sin embargo, otros apuestan por el renovarse o morir. Y es justamente lo que acaba de hacer Amazon con su altavoz inteligente más vendido: un drástico cambio en su factor de forma pasando del cilindro a la esfera. Un cambio estético que, según la propia Amazon, también se nota en el oído. Lo probamos a fondo el Echo Dot de 4º generación para determinarlo.
Echo Dot con y sin reloj, ficha técnica
AMAZON ECHO DOT | |
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DIMENSIONES Y PESO | 100 x 100 x 89 mm |
CONECTIVIDAD | WiFi ac |
SONIDO | 1 x altavoz de 1,6" |
EXTRAS | Alexa |
PRECIO | Sin reloj: 59,99 euros |
Echo (4.ª generación) | Sonido de alta calidad, controlador de Hogar digital integrado y Alexa | Antracita
Echo Dot (4.ª generación) | Altavoz inteligente con Alexa | Antracita
Este Echo Dot es más protagonista en la decoración de casa
Los de Seattle han cambiado diametralmente su apuesta por el formato de cilindro – presente hasta la fecha en los Echo Dot, Echo, Echo Plus y Echo Studio – para lanzar una nueva generación de altavoces conectados con forma esférica como este Echo Dot. El que es, en palabras del director internacional de Alexa, "el altavoz más vendido, no solo de los Echo, sino de los altavoces en general en todo el mundo", cambia radicalmente de forma y lo hace por dos motivos: por un lado esta forma mejora la distribución acústica (más adelante hablaremos de ello) y otro, estéticamente resulta muy atractivo. La verdad, lo es.
Pero desde el punto de vista práctico, la forma de pastilla resultaba más cómoda para cosas como colgarlo en la pared o dejarlo fijo en un enchufe mediante accesorios como este soporte al ser más compacta. Ojo, no es que no haya soportes para pared para la 4º generación, pero la otra opción era más discreta. Ahora el Echo Dot quiere ser más protagonista en la decoración de nuestro hogar.
El Echo Dot de cuarta generación es una compacta esfera con la base achatada con un anillo de luz LED justo unos milímetros por encima de esta. En la zona superior encontramos cuatro botones: subir volumen, bajar volumen, acción y silenciar/activar micrófonos. La forma de Alexa de comunicarse con nosotros mediante luz sigue siendo la misma, adoptando el tono rojo cuando hay problemas, el azul el modo escucha, el amarillo si hay un pedido en reparto...
En cuanto a materiales, encontramos tres: una tela de malla en gris y negro para la parte central y superior, plástico duro para la parte baja y una base de goma que evitará rayones en mesas o que se resbale.
Lo que no ha cambiado es las opciones sin reloj y con reloj. Aunque se denominan así, para hacer justicia a su funcionalidad, el que tiene el LED para el reloj también puede mostrar otros datos como por ejemplo la temperatura y podremos apagar el despertador simplemente dándole un toque a la parte superior.
Alexa sigue sacando músculo hasta en los altavoces más modestos
Hablar de la experiencia de uso implica en buena medida hacerlo de Alexa, un asistente de voz que sigue reforzándose con el paso del tiempo. Sí, ya era posible preguntarle por el tiempo, las noticias del día, la programación de la tele, configurar alarmas, poner recordatorios, pedirle que reproduzca una emisora de radio, añadir/conocer/editar eventos de tu calendario, preguntar recetas, crear listas, consultar la cartelera, poner música, preguntarle cuándo nació Aritz Aduriz, que te cuente chistes...que no es poco.
...pero al final, tanto importante como la información que da es que te escuche y te entienda. La comprensión es la misma tengas el dispositivo que tengas, porque Alexa no cambia, pero en este Echo Dot sigue habiendo cuatro micrófonos, menos que en modelos más ambiciosos.
Pues bien, en nuestra experiencia ha sido capaz de escucharnos en toda la habitación (12 metros cuadrados) hablando normal, como si nos dirigiéramos a una persona. ¿Y qué tal entiende y contextualiza? Estoy acostumbrada a usar Siri y Google Assistant y la verdad, sorprende para bien en esta faceta. Eso sí, queda margen de mejora (especialmente en órdenes que implican servicios de terceros), pero el asistente de Amazon aprueba en la comprensión de estructuras humanas del lenguaje hablado.
Como pega, configuré los dos Echo Dot en la misma habitación (el despacho), lo que abre las puertas a escuchar música/radio/podcasts "en el grupo despacho", es decir, combinando el sonido de los dos y a veces funcionaba, pero otras no.
Hablemos de domótica, con noticias buenas y otras que no lo son tanto. La primera es inherente al ecosistema de Amazon: los de Jeff Bezos han conseguido un nutrido catálogo de dispositivos smart compatibles de otros fabricantes. Esto se traduce en que si por ejemplo buscas una bombilla inteligente que se entienda con Alexa tienes alternativas de primer nivel (como por ejemplo las Philips Hue) y otras más asequibles como esta de Teckin (y muchas otras marcas desconocidas).
Así, con Alexa (y por extensión, este Echo Dot que estamos analizando) puedes controlar ciertos dispositivos conectados como enchufes, bombillas, termostatos o mi Roomba a través del Wi-Fi, de modo que pueda lanzarla a una misión de limpieza, además de programar rutinas. ¿Y lo menos bueno, que aunque Zigbee sigue "democratizándose" en el catálogo de altavoces conectados de Amazon (y ya ha llegado al Echo a secas), seguiremos necesitando un hub para aquellos que empleen este protocolo de conectividad. Es el precio a pagar por un modelo de poco más de 50 euros.
Finalizamos con una evidencia: el Echo Dot con reloj cuesta 10 euros más, pero da mucho más que la hora. Parece una tontería, pero aunque nos estamos acostumbrado a dar órdenes de voz y recibir respuestas, sigue siendo más intuitivo (y más rápido) para la mayoría de usuarios verlo. La muestra de la hora satisface la pregunta más formulada por los usuarios, pero además podemos ver la temperatura de casa, el nivel de volumen, temporizador, entre otros. Y se agradece.
Nunca una pelota había sonado tan bien
La cuarta generación del Echo Dot integra un altavoz frontal de 41 milímetros, exactamente el mismo tamaño que el de la tercera generación (el primero en llegar a España), lo que anticipa que acústicamente no debería haber muchas diferencias con su predecesor. Lo que sí ha cambiado es su ubicación, en este caso está situado en el frontal para una mayor eficiencia. Su forma además mejoraría la acústica y distribución del sonido de salida, según nos contaron en Amazon.
Atendiendo a su arquitectura acústica, este no es el mejor altavoz de Amazon para disfrutar de la música, algo que podemos lograr con otros modelos más ambiciosos como el Echo Studio, el Echo Plus o el recientemente renovado Echo, pero sí que es suficiente para matar el gusanillo si quieres escuchar algunas canciones. Y tanto que sí.
Cualitativamente no es el mejor, pero cuantitativamente vaya que sí da la talla, especialmente si tenemos en cuenta lo contenido de sus dimensiones. Además, el juego que da a nivel de distribución espacial si tienes dos unidades es muy interesante. Si llevamos el volumen al máximo (nivel 8) tiene músculo para cubrir una sala media pequeña, aunque está lejos de emular una discoteca. Además hacerlo implica ganar bastante distorsión. Eso si, si nos movemos en niveles de volumen de 4 o inferior tendremos un sonido ambiental equilibrado y moderadamente nítido en cuanto a voz.
Echo Dot, la opinión de Xataka
No es el que mejor suena. Tampoco es el más completo en conectividad. Pero el Echo Dot es el bestseller de Amazon por algo. Con el Echo Dot los de Jeff Bezos han dado con la tecla de la relación entre prestaciones y coste en un sector, el de los altavoces inteligentes, que todavía tiene un amplísimo margen de mejora, no tanto por su condición de altavoces en sí, sino por su apellido inteligente. Pero aquí más que el Echo Dot en sí, la culpa la tiene Alexa.
No es que Alexa se haya quedado atrás en la carrera por ser el asistente inteligente ni mucho menos – su capacidad de contextualizar y entendernos es destacable –, pero sigue estando lejos de ser algo así como hablar con una persona. Este lost in translation aumenta cuando toca operar con servicios de terceros.
Pese a carecer de conectividad Zigbee, empleada en gamas de productos tan populares como las Philips Hue, con este dispositivo podrás (en mayor o menor medida) controlar con la voz una gran cantidad de dispositivos conectados. Pero de nuevo, aquí el responsable no es tanto el Echo Dot, sino las alianzas entre Amazon y los fabricantes.
Conectividad, inteligencia y compatibilidad son tres líneas de acción estratégicas en la batalla domótica de la que el Echo Dot actúa como una especie de caballo de Troya. Un dispositivo que por atractivo y potencial acaba en casa porque nos por entra por los ojos y por la cartera. Después de todo, si lo acabamos usando como streamer, la adquisición se puede dar por amortizada.
Este Echo Dot 4º generación es una vuelta de tuerca más en la estrategia Dot. Sigue salvando la papeleta para escuchar música, continua dando la talla como centro neurálgico domótico, ya tengas una bombilla o toda una casa automatizada, pero ahora es además más resultón desde un punto de vista estético. Pero por encima de todo, el Echo Dot sigue siendo asequible.
Echo (4.ª generación) | Sonido de alta calidad, controlador de Hogar digital integrado y Alexa | Antracita
Echo Dot (4.ª generación) | Altavoz inteligente con Alexa | Antracita
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Amazon. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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